𝗟𝗔 𝗣𝗜𝗭𝗭𝗔 𝗛𝗔𝗪𝗔𝗜𝗔𝗡𝗔 𝗬 𝗢𝗧𝗥𝗢𝗦 𝗖𝗥𝗜́𝗠𝗘𝗡𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗥𝗔 𝗟𝗔 𝗛𝗨𝗠𝗔𝗡𝗜𝗗𝗔𝗗


Tratar de escribir algo gracioso sobre inclusión y autismo es, para mí, como intentar abrir una bolsa de papas sin que exploten por toda la habitación: sé que es posible, lo he visto hacerse, pero cada vez que lo intento, termino enredado en un desastre que no planeé. Y este artículo es la prueba.

Todo empezó con la idea de hacer una comparación ligera, con decir algo tan absurdo como que hablar de inclusión es incluir piña en una pizza... ¡pésima idea! ¡Horrible! ¡Un crimen contra el sentido común! No me funen por ello. Pero a medida que intentaba estirar la metáfora, me di cuenta de que estaba haciendo acrobacias mentales innecesarias. Porque, seamos honestos, la pizza con piña no significa nada. ¡Nada! Es un debate vacío, una discusión sin víctimas reales, salvo mi paladar cada vez que alguien comete el crimen de ponerle fruta caliente a un platillo salado.

Porque sí, odio la pizza con piña. ¿Me molesta? ¡No! La piña en la pizza es el equivalente culinario de aplaudir con una mano: inútil, pero hay quien insiste en hacerlo creyendo que es arte. Su existencia me parece una afrenta culinaria, una anomalía que jamás debió ser permitida, un error que debería corregirse con una enmienda constitucional. ¿Exagero? ¡Tal vez! ¿Pero acaso no es justo alzar la voz contra este atropello gastronómico? ¡Por supuesto que sí! Si fuera por mí, habría campañas de concienciación, anuncios de servicio público advirtiendo a la gente del peligro de mezclar ácido y queso derretido. Pero no vine aquí a hablar de pizza... sino de cómo la sociedad elige sus batallas. Y esto no es una metáfora, es una trampa para que hablemos de lo importante.

La pizza con piña sigue existiendo. ¡Sigue existiendo! ¡Y peor aún, hay gente que la defiende con una devoción casi fanática! ¿Por qué lo hacen? ¡Quién sabe! ¿Acaso el mundo no tiene suficientes problemas? ¡Claramente no, porque aquí estamos, todavía debatiendo sobre piña en la pizza!

Pero aquí está la diferencia: por más que la deteste, no tengo derecho a impedir que otros la coman. Porque la pizza con piña es una preferencia personal. La inclusión del autismo, en cambio, no lo es. No es algo que la sociedad pueda debatir con la misma ligereza con la que discute sobre toppings. No es una elección, es un derecho.

Si bien no hay multitudes furiosas exigiendo que los autistas no tengan derechos (lo que sería un espectáculo de odio bastante evidente), lo que hay es algo más insidioso: el silencio, la indiferencia. Y cuando el tema finalmente se menciona, la respuesta suele ser una mezcla de condescendencia y capacitismo disfrazado de halagos... ¡en otras palabras, si la pizza lleva piña es una discusión mucho más recurrente que el reconocimiento de la neurodiversidad! ¿Es esto lógico? ¡No! ¿Parece importar? ¡Tampoco!

Así que no, este artículo no es realmente sobre la pizza con piña (aunque mi ira sea genuina). Es sobre cómo, cuando se trata de autismo e inclusión, la gente prefiere evitar la conversación. Y qué mejor prueba de ello que este texto: empecé haciendo una broma torpe sobre inclusión y terminé enredado en un monólogo absurdo sobre piña caliente - justo como esa bolsa de papas que mencioné al principio.

¡Nunca funcionó! ¡Jamás lo hará! La pizza con piña no sirve ni para hacer metáforas mediocres. ¡Es lo que hay! La piña en la pizza no tiene ninguna relación con la inclusión. Y forzar la comparación solo demuestra lo difícil que es lograr que la gente preste atención al tema sin desviarse hacia algo más cómodo.

Así que sí, odio la pizza con piña... pero odio más que la inclusión sea menos debatida que un topping.

Y tú, la próxima vez que debatan sobre pizza, pregunta: ¿Y qué hay de los derechos de quienes ni siquiera son invitados a la mesa?

Y si después de todo esto sigues sin ver la diferencia entre una preferencia y un derecho, entonces el problema no es la piña. El problema eres tú.

P.D.: Si alguien pone pizza en una piña, eso sí sería un delito interestelar. 🍕🚀🍍 (Artículo 666 del Código Cósmico de la Gastronomía).

Comentarios

Entradas populares de este blog